El tianguis cultural del Chopo, es un lugar multicultural, de reunión y sobre todo de observación, de esto nos pudimos dar cuenta en la visita que realizamos, desde una mirada diferente, es decir, desde la globalización, este es un proceso a través del cual las corporaciones transnacionales han alcanzado una preeminencia nueva y sin precedentes como actores internacionales, pero no solo existe una globalización, más bien globalizaciones, en la medida en que tales conjuntos de relaciones sociales cambian y adoptan ideologías, modas, características particulares, que hacen que los jóvenes cambien su identidad.
A la globalización se le identifica con espacio-tiempo, tal como podemos identificar al Chopo, que es un lugar pequeño, donde existe una diversidad cultural impresionante, donde los jóvenes que concurren al tianguis, van vestidos para la ocasión, podemos identificar chavos darks y punks como comerciantes que distribuyen ropa, calzado, artículos como patinetas, artesanías, etc., que son característica de una gran influencia de modas especialmente de Estados Unidos e Inglaterra, a esto lo podemos llamar globalismo focalizado este consiste en el impacto especifico de las practicas transnacionales sobre las condiciones locales, en donde estas prácticas son reestructuradas y adaptadas a nivel local.
En esta visita al tianguis cultural del Chopo comprobamos que muchas cosas de las que se dicen son ciertas y que muchas otras no son tan acertadas. La primera cosa que podemos decir y que comprobamos fue el hecho de que el tianguis es la cuna de las contraculturas o grupos underground. Puedes notar cientos de jóvenes llegando desde la terminal de la línea B del metro, en la estaciónBuenavista. Decenas de “tribus urbanas” se dirigen al mismo lugar; punks, darks, góticos, skatos, rastas, rockabillies… todos van al Chopo.
Éste tianguis es un lugar que combina las influencias del exterior y las tradiciones y demás folclores que hay en México. A partir de que sales del metro puedes observar bandita que vende los típicos dulces a peso, los tacos de canasta que son ocho por diez; chavos vendiendo panfletos de arte; extranjeros fotografiando nuestra ciudad; familias dirigiéndose a la Vasconcelos.
Ya dentro del tianguis, lo primero que notas son los locales para los skatos. Ahí puedes encontrar tablas, tenis, sudaderas, playeras; todo lo necesario para la práctica del skateboarding.
Éste en un deporte que aunque no nació en México, miles de jóvenes lo ha adoptado y es muy popular en nuestro país. Los orígenes del skateboarding se remontan a 1940 y 1950, pero no fue sino hasta 1965 que el deporte fue elevado por campeonatos internacionales, películas, revistas y viajes que atravesaban los Estados Unidos con temas de skaters; lo que hizo expandir el deporte por el mundo entero. Muchas modificaciones se hicieron al pasar de los años, y en 1978 un sujeto llamado Alan Gelfand inventó el hand´s aerial y movió al skateboard al siguiente nivel, es decir, a la calle.
En esos días, los skaters tenían un aspecto similar al de los hippies. Usaban el pelo largo y boxers con shorts de colores similares a los de los surfistas californianos; los calzados de Airwalk, Vans y Vision se volvieron muy populares junto con esa ropa. La música que identificó a estos chicos sobre ruedas fue la de grupos como The Ramones, Manor Threat, Black Sabbath y Pink Floyd. Como todo, los movimientos juveniles se transforman y así fue que en 1986, tras una moda llegada desde Estados Unidos, el skateboard se masificó y el estilo "street" vino acompañado de música punk, hardcore, cabello corto y pantalones muy flojos. Hoy en día podemos observar una mezcla de todas estas características en los jóvenes skatos que cada sábado van al Chopo para conseguir la mejor patineta o los tenis mas cómodos.
Dejando los puestos de skateboarding atrás, descubres el área en la que abundan
corsets, ropa de terciopelo y de cuero.
Esta modalidad de encontrar a chavos y chavas portando una vestimenta peculiar, es característica del Chopo, unos claro ejemplo es la identidad dark, este movimiento surge en Londres y Alemania a finales de los años 70, esta palabra significa oscuro, este movimiento, que varios jóvenes siguen se refugia en la obscuridad pero sin acudir a la violencia.
Las primeras bandas que proliferaron este movimiento fueron Joy Division, Siouxsie and the Banshees y Bauhaus, este último revoluciono la música alternativa, en donde en uno de sus conciertos salió caracterizado como Drácula, de ahí que varios chavos fueron adoptando esa moda.
Ellos se visten y maquillan de negro y blanco, con botas gruesas de piel negras, collar con clavos, cinturones con cadenas, las chavas usan medias de red y guantes en las manos, con aspecto melancólico, todas estas particularidades para ellos es una forma de expresión, su identidad de medio tiempo o tiempo completo, debido a otras ocupaciones que tienen los muchachos (escuela, familia, trabajo). Mientras ves las prendas pasan gran cantidad de vendedores ofreciéndote el dulce o el cigarro y repartiendo flyers para los próximos conciertos, o propaganda de escuelas de música.
Al poco tiempo de caminar, aparece el primer puesto de los chicos rastas, donde puedes escuchar a Bob Marley y conseguir pipas de todos los tamaños y colores. A la par, puedes escuchar las máquinas de los tatuadores mientras trabajan y ver a algunos curiosos a su alrededor. Sigues caminando y llegas a un letrero grande de La Jornada, el cual anuncia que venden múltiples publicaciones.
Al final del recorrido empiezas a escuchar gente cantando, guitarras estridentes, baterías a todo lo que da y descubres que llegaste a los puestos de discos, en donde predomina el metal, aunque por supuesto, puedes encontrar el disco más extraño que uno se pueda imaginar. Acompañado de ello vienen las sudaderas y
playeras con el logo de bandas de muchas partes del mundo, de conciertos que nunca se presentaron en nuestro país, de videos, partituras y por supuesto, la posibilidad de intercambiar tus cosas con alguien. Sino llevas nada no importa, siempre te puedes quedar a escuchar la banda musical del momento o comerte una quesadilla en la salida del tianguis. Así concluyes tu recorrido, donde todo vuelve a empezar; los flyers, los tatuajes, los emos que caminan junto a los darks, los skatos que buscan una buena patineta.
Con este tipo de centros de reunión como el del Chopo, se da un diálogo intercultural, así como redes de comunicación con países externos e interior de la Republica, de donde traen sus mercancías, pero también nos dimos cuenta que hay una fragmentación de las culturas, es decir, donde nos dimos cuenta que muchos chavos combinan varias identidades, no saben cómo se originó el movimiento que siguen o simplemente portan esta identidad por moda. En fin, el Chopo es un tianguis en donde los jóvenes mandan y donde puedes encontrar cualquier influencia urbana y artística del mundo.
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